martes, 30 de julio de 2013

Previsión y responsabilidad

Imagen de Público.es

Queridos lectores,

El día 24 de Julio de 2013 un tren Alvia que viajaba desde Madrid descarriló unos pocos kilómetros antes de llegar a la estación de Santiago de Compostela. El tren iba ocupado por 240 pasajeros; murieron 79 y varias decenas resultaron heridos de diversa consideración. Las autoridades han atribuido la responsabilidad de este siniestro al maquinista, puesto que la curva donde se accidentó tiene limitada la velocidad a 80 Km/h, pero el tren entró en ella a 190 Km/h. Y es verdad: en última instancia dependía del maquinista que el tren entrase a la velocidad correcta en aquella curva. Lo que las autoridades no quieren entrar a discutir abiertamente es si es lógico que un punto tan crítico como esa curva dependa del factor humano, sobre todo si se tiene en cuenta que los trenes modernos son sistemas muy controlados, con multitud de sistemas de señalización y de emergencia que pueden parar un tren si no circula a la velocidad adecuada, y máxime cuando se trata de un trayecto pensado para que los trenes circulen en algunas secciones a velocidad alta (antes de la curva había una recta de 20 Km en la que el tren tiene que circular a 220 Km/h, y después viene un túnel justo antes de la fatídica curva). De hecho lo lógico es que en un punto tan complicado los sistemas de balizado de la vía hubieran disparado los frenos del tren si no se entraba en cada tramo a la velocidad correcta; incluso, que hubiese una cierta gradualidad en la transición, en vez de haber un enlace directo de la vía de gran velocidad (que no AVE) a la curva, que debe ser transitada mucho más lentamente y que usa otro sistema de señalización. Quienes tienen conocimientos técnicos sobre lo que ha pasado me han comentado que, aparte de la vía, el propio tren no llevaba activados los sistemas adecuados para poder aprovechar los sistemas seguridad más capaces. Pero, al margen de la discusión técnica de qué es exactamente lo que ha pasado, hay algo que es evidente: es absurdo dejar todo al factor humano si las consecuencias de un error son tan fatales y si una sencilla actuación de seguridad completamente estándar (instalar algunas balizas más, hacer una preseñalización de la curva) hubieran evitado el desastre. Se ha insistido mucho en que este maquinista en particular (un hombre con 30 años de experiencia en la compañía y 10 como maquinista, y cuyo nombre no voy a reproducir aquí por un respeto que los medios no han sido capaces de tener) había pasado muchas veces por el mismo punto, así que su error no era excusable. Pero es que justamente es al contrario. A pesar de lo absurdo de hacer una bajada de velocidad tan salvaje en tan breve lapso, seguramente este maquinista se aprendió que este punto era el complicado, el que "tenía truco" de todo el trayecto. Yo me imagino a ese maquinista el primer día que tuvo que hacer aquel trayecto. Pasó una vez  sin problemas, la adrenalina a tope porque sabía que ése era el punto conflictivo, y tuvo éxito y llegó sin novedad. Al día siguiente volvió a pasar y ya sabía que si lo hacía bien no pasaría nada, en tensión pero un poco más relajado. Y luego pasó otra vez, y luego otra, y así a lo largo de meses. Pero el ser humano se habitúa, se confía y un día, por confiarse demasiado, por creer que la situación está más controlada de lo que está, sobreviene el desastre. Piénsenlo. El maquinista tenía que entrar a 80 Km/h viniendo de una recta en la que va a 220 Km/h. Tiene unos cuatro kilómetros, con un túnel antes de la curva, para adaptar la velocidad. Seguramente usaba el túnel o alguna otra referencia (un puente, se comenta) como referencia: cuando lo vea comienzo a frenar (puesto que ese punto no está automatizado: todo dependía de él). Otro día vio que podía apurar un poco más y esperar a que el túnel o el puente se vean un poco más grandes. Piensen esto: a 220 Km/h se necesitan sólo 30 segundos para recorrer dos kilómetros y  posiblemente se necesitan otro par de kilómetros, otros 30 segundos, para reducir la velocidad; son básicamente 30 segundos para reaccionar. El  maquinista se despista. Está pensando quizá en sus problemas de cada día; quizá mira el panel porque hay quizá alguna luz roja, algún sistema que no acaba de ir bien pero que no es crítico; está pensando en la boda de un hijo o en el bautizo de un nieto; o simplemente piensa que está en otro tramo de la vía, porque no encuentra sus referencias paisajísticas en ese momento (aquí encontrarán una descripción del accidente bastante diferente a la de los medios de comunicación). No importa demasiado qué exactamente fue lo que le pasó al maquinista: tiene un cerebro humano que opera con tiempos humanos, con ritmos de proceso humanos; por más entrenado que esté, no es una máquina. Pensaba que aún faltaba más para llegar al túnel o al puente y para cuando se quiere dar cuenta ya está allí. Acciona los frenos, pero aún así entra a 190 Km/h en la curva, y el tren descarrila. ¿Creen Vds. que es lógico cargar toda la culpa en él? Obviamente el maquinista falló, pero este fallo pudo ser posible porque todo un sistema que cuesta miles de millones de euros dependía en ese punto de una única persona y de 30 segundos. 

Durante los próximos meses veremos como RENFE anuncia mejoras en la vía y en los sistemas de seguridad; se insistirá en que es un fallo humano, un hecho aislado, pero al tiempo para tranquilizar a la opinión pública se "reforzarán los sistemas de seguridad". Son muchos los implicados en las deficiencias que han hecho posible esta desgracia, en todos los estamentos que tienen que ver con el mundo ferroviario, y por ello todo el mundo prefiere mirar para otro lado y acusar al cabeza de turco, el chivo que expíe todas las culpas colectivas. Sí, fue un error humano, pero un error que por pura estadística se tiene que producir de tanto en tanto. La clave, aquello de lo que jamás se hablará, es que es una obligación de los poderes públicos anticipar los problema y tomar las medidas correctoras correspondientes, especialmente cuando no son relativamente muy costosas. Es la obligación de los poderes públicos prevenir, y no simplemente lamentar la desgracia cuando pasa. ¿Cómo se ha llegado aquí? En el caso de RENFE y de ADIF, hay varias razones: malas praxis asentadas durante años (como lo es cargar tamaña responsabilidad sobre los hombros de los maquinistas), cierto nivel de corrupción, falta de inversión en mantenimiento/actualización de las vías y sistemas, dejadez, falta de costumbre en la depuración seria de responsabilidades (España es un país sólo epidérmicamente democrático), etc. Nada ha sido anticipado, y muy poco corregido. Hay una dejación de obligaciones en aquellos que debían supervisar y vigilar.


Salvando las distancias (porque aquí no morirá nadie, al menos no directamente) similar problema de escasa o nula capacidad de anticipación la estamos viviendo los que trabajamos para el CSIC. Como explicaba hace unos días, estamos viviendo el colapso de la institución por la rápida disminución de la parte de presupuesto que le viene del Estado, que no pueden ser compensadas por los ingresos de otras fuentes. No ha habido un plan de reestructuración del CSIC que se haya comunicado desde los Ministerios que han decidido su progresiva asfixia económica; solamente una aportación decreciente y un "apáñatelas como puedas". Desde los equipos rectores del CSIC que han tenido que capear con estos problemas en estos cuatro años de recortes no se ha planteado, tampoco, ningún plan de reconversión o reestructuración; simplemente, el CSIC ha vivido de los ahorros que tenía mientras éstos han durado, esperando un cambio de tendencia que no sólo no ha llegado sino que ha ido a peor. Así, nuestros ahorros se acabaron en Noviembre de 2012 y desde entonces el CSIC ha ido intentando hacer cuadrar la imposible ecuación de cumplir con los compromisos adquiridos (y abonados) y al tiempo pagar los gastos corrientes. En el momento actual la actividad investigadora está al ralentí - como por desgracia estoy viviendo en mi propio centro - y así estará hasta el 30 de Septiembre, momento para el cual el Gobierno nos debería rescatar con 75 millones para que la actividad pueda volver a la normalidad. No va a pasar tal cosa: el Gobierno nos dará 50 millones, con los que seguiremos al ralentí hasta el 31 de Diciembre. Yo he hecho algunas previsiones simples de cuál va a ser la situación financiera del año que viene y, con los pocos datos de los que dispongo, el escenario que veo más probable es que pasemos de los 100 millones de déficit estructural de este año a un déficit cercano ya  a los 250 millones el año que viene, que veo inevitable si no hay un -poco probable- cambio de rumbo del Ministerio y no nos amplían el presupuesto significativamente (al menos 100 millones). Piensen que el CSIC tiene un presupuesto anual de de 600 millones aproximadamente, de los cuales 150 millones vinieron de contratos con empresas y proyectos en el año en curso, así que el déficit que podríamos llegar a tener ya el año que viene nos situaría en una situación de "quiebra", es decir, en la incapacidad de cumplir nuestros compromisos. Todo esto es previsible y en realidad simple de prever. Delante de esta dura y complicada realidad, las medidas que se toman tanto desde el Ministerio como desde la Presidencia del CSIC son simples parches, una huida hacia adelante mientras nos acercamos a nuestro destino final (liquidación de activos, despidos y prejubilaciones masivas, incumplimientos de compromisos, cierre de centros y venta de inmuebles y material de laboratorio, y finalmente suspensión total de la actividad y excedencia forzosa del personal funcionario). Hace un año anticipábamos en este blog muchos de los problemas que luego se han ido presentando; hace seis meses explicábamos que íbamos a una situación de déficit estructural de al menos 100 millones al año, con una deuda acumulada rápidamente creciente y una inviabilidad de funcionamiento a medio plazo; y hace dos semanas explicaba las medidas de choque que se han tenido que tomar simplemente para aguantar hasta Septiembre. A este paso en Diciembre  haré un nuevo post explicando la penuria con la que acabamos este año y antes del verano de 2014 les comunicaré que mi centro y otros muchos habrán tenido que cerrar por no poder hacer frente a sus costes de funcionamiento. Todo esto es previsible; una sencilla prospección sobre las cifras te lo muestra claramente, si lo quieres mirar. Delante de esto, ¿qué medidas proactivas están tomando las administraciones al mando? Ninguna. Se elude cualquier responsabilidad y se deja pudrir la situación, de manera similar que se está haciendo con tantas otras áreas públicas afectadas por los recortes (las más visibles Sanidad y Educación, pero en realidad lo son todas). En suma, antes hay improvisación que previsión, en parte porque es la cultura de este país (España) pero en parte porque nuestro diseño de sistema está basado en el crecimiento y nadie quiere tomar planes de contingencia para un decrecimiento continuo (y de hecho permanente).


Otro ejemplo muy español de la falta de previsión o, más bien, de la falta de implementación de medidas correctoras conocida la previsión, es el caos que se está viviendo en el margo regulatorio del sistema eléctrico español, que hace una semana lo comentamos con cierto nivel de detalle. Dejando al margen los agravios comparativos, los ataques a ciertos sistemas de generación y la tendencia gubernamental a favorecer a las grandes empresas del sector lo cierto y verdad es que este sector, tan crítico económica y socialmente que por ello mismo no es libre y está sometido a regulación específica, sufre de una continua improvisación legislativa. No se hacen un diseño a largo plazo, un planteamiento fundamental consensuado con todo el parlamento para darle la necesaria estabilidad a este sector fundamental; en su lugar, se improvisa decreto tras decreto en función de las deficiencias y las ocurrencias de cada momento y se van dando bandazos: lo que un día se pone en exceso al día siguiente se puede dejar en defecto. En este caso, la falta de capacidad de prever tiene consecuencias que cuestan literalmente miles de millones de euros.

Los ejemplos de esta falta de capacidad de previsión son legión: se permite edificar en zonas inundables, se conceden ayudas fiscales al alquiler o a la compra de vivienda que favorecen abusos y burbujas, se desregula o abandona la supervisión del sector financiero, y así un largo etcétera.

Son varios los factores que explican por qué los poderes públicos toman una actitud más reactiva (reaccionando a los problemas) que proactiva (anticipando los problemas y desactivándolos antes que exploten). Uno de ellos es la visibilidad: un trabajo de anticipación bien hecho no se ve, porque simplemente los problemas no suceden; desde un punto de vista político tiene mejor rendimiento reaccionar enérgicamente una vez que se producen los problemas. Está también el problema de la corrupción: a veces interesa más dejarse llevar por el viento favorable, no oponiéndose a ciertos lobbies y recibiendo beneficios económicos por ello, y dentro de esto cuando éramos ricos (o creímos serlo) era más rentable crear problemas y luego cobrar por corregirlos. Está, también, la cuestión del anumerismo, de la cual ya hablamos en su momento: si uno carece de un mínimo conocimiento técnico, si no se es capaz de entender los órdenes de magnitud implicados es imposible dar una respuesta coherente a los problemas y mucho menos posible es anticiparlos. Y por supuesto, está la cuestión de que nadie quiere ser un aguafiestas y decir que quizá ha llegado el momento de apagar la luz justo en el momento de apogeo de la fiesta.

El Peak Oil también entra dentro de la categoría de problemas que necesitan ser anticipados, que requieren de introspección y análisis antes de poder dar una respuesta coherente y capaz, y posiblemente es de los problemas más graves a los que tiene que hacer frente esta sociedad. ¿Y qué es lo que hacemos para anticiparlo, para adaptarnos? Pues de acuerdo con algunos medios nos congratulamos de que cierre The Oil Drum, página de referencia en información sobre el Peak Oil, como si el hundimiento de este proyecto sin ánimo de lucro demostrase que no existe el Peak Oil y así seguir promocionando la última burbuja financiera mientras se intenta tapar las noticias que claramente muestran que lo es: resulta curioso ver cómo el fracaso de la explotación del shale gas en Polonia pasa completamente con sordina en los medios españoles, a pesar de que varias compañías americanas han abandonado los proyectos en ese país por falta de rentabilidad, o cómo se bloquea toda la información sobre la progresiva quiebra e inviabilidad económica de los pozos en EE.UU., paraíso del fracking, a pesar de la extensiva documentación que sitios como shalebubble.org han compilado y se sigue planteando el problema del fracking como una oposición entre una industria rentable y los recelos ambientales cuando en realidad sabemos que el fracking no es rentable.

Ser previsor, anticipar y corregir proactivamente los problemas, no está bien visto en esta sociedad del beneficio rápido y del consumo ilimitado. La persona previsora es vista como el empollón, el aguafiestas, el amargado; resumido en una palabra que define más a la sociedad que la formula que a la persona que la recibe: el perdedor. Una sociedad que en pocas generaciones ha abandonado los que fueron sus valores fundamentales durante siglos. Hace no tanto, y así lo refleja nuestra literatura, el hombre previsor era el héroe de la narrativa colectiva, en tanto que el disoluto y manirroto era la vergüenza y el oprobioso. Ya en el Nuevo Testamento se habla de aprovechar los talentos, o se pone el ejemplo del hijo pródigo como el de mala gestión. Sin irnos a textos bíblicos tenemos la vieja fábula de la cigarra y la hormiga, escrita por Esopo y revisitada muchos siglos más tarde, que es uno de los relatos de referencia que incluso hoy se usa para modelar nuestra narrativa, cuando justamente hoy se desdeña la voz de la sabiduría y de la experiencia cuando sus consejos no van en la dirección de una cierta concepción de lo que es el progreso, una visión del progreso que se cree invencible pero que no es más que un mito.


Salu2,
AMT

miércoles, 24 de julio de 2013

Seguir el rastro


Queridos lectores,

Gabriel Anz ha escrito otra interesante pieza, comparando nuestra situación actual a la de un rastreador que debe interpretar lo que le rodea, en un ambiente lleno de estímulos que muchas veces nos confunden aunque más por nuestros prejuicios que por su objetividad. Una interesante reflexión.

Les dejo con Gabriel.
Salu2,
AMT

Aprendiendo de los “rastreadores”


Nací y me crié en el campo y en muchas ocasiones me encontré siguiendo rastros de algún animal herido, de gente que ingresó al predio para robar alguna oveja, vaca o caballo, cazar algún ciervo o guanaco, o simplemente sacar leña o frutas silvestres.

En términos generales, se podría decir que es una habilidad que ya pocos desarrollan, salvo detectives, arqueólogos, paleontólogos, historiadores  (todos con la asistencia de mucha tecnología) y la gente que todavía queda viviendo en y del campo. Días atrás, hurgando en Internet, descubrí que en España hay gente dedicándose a recuperar estas prácticas, aunque más no sea por placer y/o competencias… me pareció interesante y seguramente habrá gente en otros países haciendo lo mismo.

Lejos estoy de considerarme un buen rastreador, porque cuando me comparo con descendientes de Mapuches u otras personas avezadas en el tema, me siento un perfecto torpe. Pero así y todo me defiendo bastante bien y me resulta una actividad divertida y de gran desafío, pues se requiere de mucha paciencia, capacidad de observación, imaginación y deducción.

Básicamente se trata de la capacidad de reconstruir hechos ocurridos en algún momento del pasado, a partir de escasísimos elementos. Y hay gente que es realmente sorprendente. Los bosquimanos en el Kalahari se han destacado por ello. He visto gente reconocer a sus caballos –sexo incluido- por el tamaño de los cascos, por la forma de pisar y de dejar las marcas en la tierra, por la forma de dejar sus deyecciones, etc. Cierta vez se me había escapado herida una cierva (la cacé para ahumar su carne) y estuve casi 2 días siguiéndola… deduje que el impacto de la bala había dado en el blanco y específicamente había afectado alguna zona del sistema respiratorio (sin llegar a ser letal), por el tamaño y color de las gotitas de sangre (la sangre mezclada con aire se vuelve más espumosa y rosada, y al respirar/resollar, esparce las gotas de sangre de una forma diferente a que si la herida fuera en otras zonas del cuerpo del animal). También supe que no estaban afectados los pulmones, porque de estarlo, seguramente hubiera habido algún pedacito del órgano lastimado junto con las gotitas de sangre, debido a su consistencia más granulosa. En ocasiones y según el terreno, simplemente los rastros parecen esfumarse… y se retoma su curso encontrándose apenas una minúsculo gota de sangre o de saliva en la hebra de un pasto, o un pelo enredado en una rama, o vegetación apenas aplastada, etc. Finalmente la encontré muerta, no sin la horrible sensación que me produce haberle ocasionado tal sufrimiento.

Y como normalmente trato de hacer, quiero comparar estas habilidades, con la habilidad perdida en la gran mayoría de las personas del mundo moderno para interpretar la realidad que nos rodea y deducir y “unir puntos” en base a pocos elementos. Como quien dice, “leer entre líneas”. Y me parece importante, porque en un Era de superabundancia de información, donde la realidad parece que se nos la muestra procesada de acuerdo a intereses de unos pocos, se hace necesario recuperar la habilidad de conjeturar lo que pasa en base a las propias observaciones y no en base a las que nos imponen los medios masivos de información o por la apreciación superficial de los hechos. Y como en otras oportunidades, voy a valerme de unas anécdotas recientes.

Hace algo más de 1 mes, un puma se acercó a las casas, corrales y galpones de forma bastante inusual para estos tímidos felinos, y así atacar mis 5 ovejas, 1 carnero y 1 capón. En un lapso de 5 días, me mató las 5 ovejas (preñadas) para solo cortarles la yugular, beberse la sangre e irse, pues evidentemente estaba cebado. Las 2 últimas las mató dentro de un corral, para lo cual tuvo que saltar la cerca de casi 2 metros de altura. A la mañana temprano fui a verlas y una de ellas estaba todavía moribunda, con un violento salpicón de sangre contra la pared trasera de ladrillos del gallinero.

No encontraba rastros ni indicios claros de la causa (al menos para mí). Y de haberlos sabido “leer” desde el principio, lo cual me hubiera permitido tomar las medidas adecuadas, la historia con mis ovejas de seguro hubiera sido otra. Pero como no tuve la capacidad suficiente y me dejé engañar por falsas apreciaciones, al punto de llamar al veterinario para que me confirmara si la causa por la que estaban muriendo era una clostridiosis (virus letal y de alta propagación). Pero resultó que luego de un largo interrogatorio telefónico por parte del mismo veterinario, el tratamiento que tenía que aplicar consistía en aplicar antibiótico contra una neumonía. Mientras mi empleado, descreído de los profesionales y por su escasa cultura, al no encontrar respuestas, atribuyó las muertes al “chupa-cabras”. ¡Todos meando bien afuera del inodoro por no saber mirar!

Finalmente llamé a un hombre conocido por sus habilidades de rastreador, para que me eche una mano. Recorrimos los lugares de los siniestros y finalmente, dentro del corral, entre los rastros de las ovejas y viejos rastros de vacas, encontró un único y poco claro rastro de puma. Esto quedó confirmado, cuando encontró también un leve y reciente rasguño en una de las tablas de la cerca de madera, por donde había ingresado. Cuando esta posibilidad cobró fuerza, se me hicieron evidentes otros rastros y las formas de matar. Hasta el momento las escasas señas de algún animal interviniendo en los hechos, se circunscribían a algunos perros del vecindario… poco experimentados y sin necesidad real de comida.

Hoy, gracias a este experimentado hombre, tenemos un mapa bastante preciso de sus movimientos. El mismo rastro (por su tamaño y forma de pisar) lo vio no hace tanto en un campo vecino. Y según las recomendaciones, hasta ahora me resisto a cazarlo con una jauría de perros entrenados para ello, pues prefiero hacer un trabajo más quirúrgico. Pero a medida que pasan los días y no damos con el puma, veo que tendré que aceptar la propuesta.

Y como con este hombre compartimos varias noches de cacería buscándolo, resultó que lo conoció a mi abuelo en sus años mozos. Entre toneladas de anécdotas camperas, también hablamos de cuestiones de la vida, de política y de la situación del país y del mundo… Un hombre que apenas tiene educación primaria y sorprende por su práctica y sabidurías. Un hombre que con la misma capacidad de observación y deducción con la que encontró la causa de la muerte de mis ovejas, también analiza y discierne las causas de los problemas por los que está pasando la humanidad… sin saber de física, ni energías, ni matemáticas ni nada de tanta complejidad. Mucho sentido común y saber por donde hay que mirar.

Creo que la gran mayoría todavía camina por el mundo sin saber ver lo que pasa; incapaces de construir la realidad por no saber ver los “rastros”. Por mi experiencia en la administración de campos, puedo decir que los mejores puesteros que he tenido (recorredores de determinadas áreas dentro del campo) fueron aquellos que “no se les escapaba ningún rastro”. Leyendo el suelo, deduciendo y conjeturando, veían mucho más de lo que había pasado o estaba pasando, que siendo ocasionales observadores del paisaje y del entorno en el instante presente… En el primer caso se valen de rastros dejados a lo largo de varios días/semanas y complejas asociaciones, mientras que en el segundo, se trata de la observación de una instantánea, que de no dar justo con el hecho, es imposible inferir qué pudo haber pasado algunos minutos antes de estar allí presente.

La actualidad está colmada de huellas que indican lo que está pasando con la realidad energética, ecológica, económica, social, etc. Pero estamos distraídos o miramos muy superficialmente. Acabo de vivirlo en la presentación de la candidatura a intendente de mi ciudad y la de diputado y senador a nivel nacional (por el mismo partido), a la que yo fuera invitado por el primero. Con el candidato a intendente, viejo conocido de la familia y exitoso empresario, hombre de bien y bien intencionado -doy fe- tuve ya algunos intentos de introducirlo en el tema de la crisis energética, sin ningún resultado alentador. Acabo de intentar aproximarlo al tema nuevamente, de forma más contundente, pero ante la falta de respuestas infiero que no le interesa mi postura o sigue siendo incapaz de verla. Y eso que durante la presentación que comentara recién, abrí la rueda de preguntas interrogando al candidato a diputado, ex-secretario de energía de la provincia y escritor de un par de libros sobre Shale Gas y Petróleo, acerca de si se conocía ya la TRE (Tasa de Retorno Energético) de la formación “Vaca Muerta”, que se supone es el tercer yacimiento de petróleo y gas de esquisto a nivel mundial, con el cual se espera recuperar el autoabastecimiento energético de Argentina. Con humildad comenzó su respuesta esperando poder responder a mi pregunta… Continuó explicando que se trata de una formación más densa que el cemento y que yace a unos 3.000 m de profundidad. Terminó su alocución diciendo que las dificultades y desafíos son enormes y que la TRE es “negativa” (expresión errónea) y que en el actual contexto económico y político, las condiciones no son las adecuadas, motivo por el cual decidió comprometerse políticamente. Yo no entiendo como YPF y Chevrón firman acuerdos para su explotación conjunta, si de movida ya se sabe que la TRE es inferior a 1 (uno). ¿Qué otros intereses hay en juego? Y tal vez, lo que podría considerarse más grave, ¿saben o sabe el candidato a diputado –profesional en temas energéticos- lo que realmente significa la TRE? ¿Comprenderá/n que llegado a ciertos límites físicos y termodinámicos, ya no hay dinero que pueda revertir el proceso de caída en la extracción de dichos hidrocarburos? ¿No pueden ver que la corrupción, la falta de inversiones, las incoherencias en las tomas de decisiones, etcétera, podrían tener como causa a la ya menguante energía neta, que hace que se resienta y debilite el andamiaje del sistema económico, político y social? Y volviendo al hilo central del Post, también me llamó la atención no encontrar a nadie entre los más de 100 invitados, que fuera capaz de siquiera vislumbrar la profundidad e implicancias de mi pregunta y por sobre todo… las de su respuesta; que a pesar de las fisuras, fue clara y contundente. Pésimos observadores, desastrosos atando cabos, nulos en sentido común… en definitiva, muy malos “rastreadores”… ¡la evidencia enfrente de los ojos y nadie capaz de ver lo esencial!

Saludos,

Gabriel Anz


lunes, 22 de julio de 2013

El fin del sueño fotovoltaico



Queridos lectores,

Alarma y preocupación ha causado el anuncio de la próxima publicación del último Decreto Ley en España que, una vez más, regula el sector eléctrico (no llevo la cuenta, pero si no me equivoco es el séptimo en poco más de un año) y que incide especialmente en el sector de generación renovable y más particularmente en la generación fotovoltaica. Regular por Decreto Ley debería ser una excepción, pero en la España de la excepción en la que vivimos se ha convertido en norma. A pesar de las peculiaridades del caso español lo que está pasando nos da algunas lecciones de alcance global y por ello he creído que merecía la pena dedicarle un post extenso. Seguramente habrán leído sobre algunas de las claves de este problema tan embarullado. Les resumiré algunas aquí, aunque tengan en cuenta que el que esto escribe no es un experto en todos los intríngulis de este vodevil tan español y por tanto la información que ahora les daré es muy somera.

La causa principal de las barbaridades que se están haciendo ahora es el denominado déficit de tarifa. En 2003 el Gobierno español (del PP) aprobó un sistema para evitar que el precio de la luz subiera demasiado deprisa y que al mismo tiempo se compensara a las compañías eléctricas por una serie de costos adicionales que el Reino de España les reconocía como deuda del Estado, dando lugar a lo que se conoce como déficit tarifario o diferencia entre lo que las compañías ingresan y lo que deberían ingresar para poder compensar esos costes reconocidos (que no forzosamente reales). Resulta que en España el mercado eléctrico está fuertemente regulado y no se puede vender la electricidad por encima de un precio tope que fija el Gobierno (aunque éste lo puede revisar y revisa continuamente, al alza de hecho). Los costes que quedan englobados de ese cajón de sastre que se ha llamado déficit tarifario incluyen un batiburrillo de conceptos muy diferentes, con la única característica en común que en todos ellos resulta muy discutible el reconocimiento que hace el Reino de España de esos costes. Someramente, este déficit de tarifa incluye:

  • La mal llamada moratoria nuclear, que teóricamente es una compensación que paga desde los años 80 el Reino de España a las compañías que apostaron por la energía nuclear y que tuvieron que detener grandes inversiones en marcha al decidir el Gobierno que no daría más licencias de apertura de centrales nucleares debido, según reza la mitología del sector, a la oposición social que despiertan  por el miedo a accidentes nucleares después del accidente de Three Mile Island en los EE.UU. en 1979, y después reforzado por el de Chernóbil en la URSS en 1986.
    La realidad, como muestra la gráfica de la derecha (que proviene del Atomic Industrial Forum; gracias a Pedro Prieto por la indicación), es que el número de encargos de nuevas plantas durante la década de los 70 (antes de ninguna moratoria, por tanto) llegó a su máximo en 1973, coincidiendo con el embargo de petróleo. Y es que, en realidad la energía nuclear es una extensión de los combustibles fósiles, como ya discutimos; lo cual, traducido a román paladino significa que sin petróleo barato no hay energía nuclear rentable. El pago de la moratoria nuclear es, en realidad, una manera de compensar a la industria por no poner en marcha un negocio que en realidad no podrían rentabilizar pero haciendo creer que si no lo arrancan es por razones legislativas.

  • Otro tipo de coste reconocido por España es el asociado al cambio del sistema de retribución de la generación eléctrica para adaptarlos a las normas del mercado europeo, siguiendo directivas de obligado cumplimiento. Son los llamados Costes de Transición a la Competencia. Estos incluyen varios conceptos, pero esencialmente son un pago del Estado a las compañías eléctricas para compensarles por una disminución de ingresos al cambiar el sistema de tarifación. Antes de 1997 en España se pagaba el kilovatio·hora consumido en función de los costes de su generación, mientras que con el sistema de subasta que se estableció posteriormente la potencia necesaria en cada momento se va tomando de las fuentes más baratas primero, y el precio de todos los kilovatio·hora en el mercado mayorista lo fija el del más caro y último que entra en cada momento. Esto ha dado lugar a que a algunas centrales muy amortizadas y que entran a coste casi cero (y por tanto su energía siempre es consumida) se las pague un diferencial muy sustancioso (windfall profits o ganancias caídas del cielo), pero otras centrales más caras puedan arrojar pérdidas. Esto afectaba sobre todo a centrales de gas de ciclo combinado, que se construyeron masivamente para sustituir a las térmicas de carbón en cumplimiento con los compromisos que obligaban a España con el Protocolo de Kyoto, y que se vieron perjudicadas por la entrada en tromba de la eólica primada. Sin embargo, como algunos autores señalan, estos costes están más que generosamente pagados desde hace tiempo.
  • El último coste contribuyente al déficit de tarifa que quiero destacar hoy es el que corresponde a la prima de generación renovable. Los actuales sistemas de generación eléctrica renovable no son rentables, en principio porque la tecnología no ha evolucionado aún lo suficiente para que lo sean. Para incentivar su implantación y que se pueda ir progresando en su desarrollo tecnológico el Estado español ha decidido que la producción de origen renovable englobada dentro del régimen especial (básicamente, eólica, fotovoltaica y solar de concentración) reciba una prima, de manera que se puede vender más barata que su coste real. Esta prima no fue asumida directamente por el Estado sino que se cargó al déficit de tarifa, y en algunos años ha sido uno de los mayores contribuyentes al aumento del mismo, sobre todo la fotovoltaica ya que está bastante más primada que la eólica (la cual está prácticamente a punto de no necesitar prima alguna). El problema de este sistema de primas es que ha favorecido abusos; en un momento los incentivos fueron tan suculentos que se creó una verdadera burbuja especulativa en torno a la fotovoltaica y no pocos abusos y estafas (por ejemplo, algunas instalaciones que producían electricidad incluso de noche; las primas eran tan altas que compensaba conectar grupos electrógenos de diésel y sus usuarios fueron tan torpes de no apagarlos cuando no había sol). Ha sido un sector que fue propicio al pelotazo de enriquecimiento rápido y al fraude y por eso ahora es el más duramente (y seguramente en exceso) castigado.

Los sucesivos Gobiernos españoles (primero del PP, luego del PSOE, luego otra vez del PP) no han hecho realmente nada para acabar con este déficit tarifario, y en particular en un punto que sería fundamental: no reconocer ciertos costes como costes reales o, en todo caso, como costes que deba de asumir el Estado. Para complicar más las cosas, esta deuda avalada por el Estado está titulizada, es decir, las compañías eléctricas han emitido pagarés y otros productos de deuda derivados (con lo cual los que adquieren del derecho de cobrar la deuda original son otros), haciendo del problema una maraña intextrincable que nadie osa desenredar y que actualmente representa nada menos que 26.000 millones de euros (el 2,6% del PIB oficial de España, aunque si lo comparamos con el PIB real superaría el 3,25%). Dada la complejidad estructural del déficit de tarifa, según al lobby que perteneces cargas contra uno de sus elementos como si fuera el todo; así, algunos critican las primas a las energías renovables mientras que otros denuncian el cinismo de las primas implícitas a la energía nuclear y a los ciclos combinados. Si quieren profundizar más en el tema, aquí les dejo un artículo muy detallado (aunque no exento de ciertas cuestiones opinables) y otro más sencillo y objetivo.


Miremos el problema ahora desde una perspectiva diferente: España tiene 108 Gw de potencia eléctrica instalada para cubrir una demanda que equivale a una potencia media de 32 GW y cuyo pico máximo de consumo, de unos 45 Gw, se consiguió en el verano de 2008. Desde entonces, el consumo eléctrico está en una tendencia a la baja, punteada con algún pequeño repunte desmentido por bajadas posteriores. Se consume cada vez menos electricidad porque la electricidad no sustituye otros usos no eléctricos.

Los 108 Gw de potencia instalada pueden parecer una barbaridad para cubrir una demanda de 32 Gw en media con máximos de 45 Gw, pero se tiene que tener en cuenta la capacidad de carga de las centrales eléctricas, que varía de unas tecnologías a otras (del 85% de la nuclear al 15-20% de la eólica). Con todo, a España le sobra un 40% de capacidad de generación eléctrica y la tendencia es a que le sobre cada vez más por la caída del consumo: de ahí que hace unas semanas se hablase de cerrar centrales de ciclo combinado, y ahora se aseste este golpe a todo el sector y especialmente al de la generación fotovoltaica.

Nos hemos creído el discurso de la curva de aprendizaje de las energía renovables y hemos dado por descontado que el progreso tecnológico es algo inevitable. Sin embargo, todo apunta a que el progreso tecnológico está limitado por diversas variables, entre ellas la disponibilidad de capital, la disponibilidad de fuentes de energía abundantes y baratas (buena TRE),  los límites físicos (energía que llega del Sol, densidad de energía por superficie y rendimiento máximo de las placas) y que el producto que se genera (en este caso, electricidad) siempre tiene mercado (cuando en realidad el mercado eléctrico esta saturado). Todas estas variables están en nuestra contra en este caso, pero el discurso del sector continúa siendo el de que tenemos que seguir la curva de aprendizaje. Siendo incapaces de comprender y adaptarnos al momento histórico que estamos viviendo, la gran noticia del momento es que los paneles fotovoltaicos han bajado de precio un 80% durante los dos últimos años y esto se saluda como una demostración de que al final el progreso tecnológico ha llegado. En realidad tal bajada de precio (que no de coste energético, aunque ya sabemos que algunos defensores de la opción fotovoltaica no entienden el concepto de TRE, entre otros) obedece a que se está inundando el mercado con paneles fotovoltaicos chinos a precio por debajo del de fabricación. La situación es por supuesto coyuntural y responde mayormente a la quiebra del mayor fabricante de placas fotovoltaicas del mundo, la china Suntech, que favorece que se liquiden paneles a precio de saldo desde hace meses. Teniendo en cuenta que tras la burbuja de comienzos del siglo XXI el sector de manufactura de placas fotovoltaicas está sufriendo en los últimos años una severa reestructuración (el escándalo de Solyndra sigue haciendo daño al sector), la llegada de placas chinas a bajo coste está incrementando enormemente el número de bancarrotas durante 2012 y 2013 (lean aquí una lista bastante larga de bajas), incluyendo la gallega T-Solar. Por eso no poca gente ha considerado la última agresión por parte del Gobierno español al sector fotovoltaico como una demostración de la influencia intolerable del lobby eléctrico, ahora que se demostraba que la tecnología estaba llegando a la viabilidad y la rentabilidad.


Nada más lejos de la realidad. La TRE de la fotovoltaica sigue siendo muy baja, alrededor de 5 para instalaciones domésticas y de 2 para instalaciones industriales (huertos solares), y eso continúa haciendo de esta tecnología una opción de baja rentabilidad energética. Sin embargo, factores coyunturales del mercado como los actuales pueden hacer interesante su implantación sobre todo para particulares, puesto que en realidad el precio de venta de la placa no representa el coste real (económico y energético) de su producción y ahora mismo es un buen negocio comprarlas y producir parte de tu propia electricidad. Esto llevaría a disminuir aún más la facturación de las compañías eléctricas, que están comenzando a sentir los efectos de la crisis, y posiblemente es la razón de algunas de las nuevas medidas: después de haber aprobado el anterior Gobierno un decreto que por fin regulaba el autoconsumo en España hace un año y medio, el nuevo decreto que prepara el Gobierno actual impondrá un peaje tal a los excedentes eléctricos generados por las instalaciones domésticas que hace completamente disuasorio el autoconsumo. La medida, poco lógica desde el punto de vista ambiental (al menos aparentemente) y de soberanía energética tiene todo el sentido para proteger un mercado, el eléctrico, que está en contracción (aunque de momento sea bastante leve). Por si eso fuera poco el nuevo decreto incentiva el derroche de electricidad, al rebajar los costes por consumo y aumentar los costes fijos. De nuevo, uno puede entender el por qué de tales medidas si se da cuenta de que el sector se está contrayendo y el consumo baja. Pero hay todavía medidas más gravosas para el sector de generación industrial: un nuevo impuesto del 7% junto con otras limitaciones envía a la mayoría de las instalaciones fotovoltaicas industriales a pérdidas y a sus promotores, en muchos casos pequeños empresarios, a la ruina. Las instalaciones comprometidas pasarían al banco malo, el SAREB, que gestiona los activos tóxicos de la banca española, y de ese modo bajaría también la capacidad de producción eléctrica española, lo cual resulta de nuevo conveniente para mejorar las cuentas de las compañías eléctricas.

Nadie apunta al problema principal, la disminución del consumo de electricidad, como la causa última de tanto desatino.  Los que sufren los golpes de estas medidas atrabiliarias, porque sólo ven que el Gobierno se pliega a los intereses de las grandes compañías y se dedican a combatir en su pequeña parcela del problema; y las grandes compañías prefieren ver la caída de consumo eléctrico como una consecuencia más de esta crisis que se resolverá por sí sola cuando ésta pase, sin darse cuenta de que esta crisis no acabará nunca. De fondo hay otra cuestión a la que nadie quiere mirar, y es que la cada vez más acusada escasez de petróleo no está siendo compensada por un aumento del consumo de electricidad. Como hemos explicado muchas veces, no es electricidad lo que necesitamos y la electricidad no puede suplir lo que realmente queremos; peor aún, la mayoría de la gente, cuando se les pregunta por la energía, creen que fundamentalmente consumimos energía eléctrica sin darse cuenta de que en el caso de España la energía eléctrica sólo representó en 2011 el 21% de toda la energía final consumida (en contraste el petróleo fue más del 50%). Faltando petróleo como ya comienza a faltar baja el consumo de otras fuentes y formas de energía, como el gas natural y la electricidad, porque el petróleo gobierna la actividad económica y sin él ésta simplemente no es posible. Mitos recurrentes como el del coche eléctrico y el de hidrógeno mantienen adormecida a una sociedad que cree que la batalla se está librando por la liberalización del sector eléctrico y no por la mera supervivencia. Ciertamente en el caso concreto de España se ganaría mucho teniendo un mercado eléctrico más abierto y menos controlado por un oligopolio de facto. Sin embargo, mientras los pequeños luchan contra los grandes están perdiendo de vista que en realidad los dos bandos pierden, que todos estamos perdiendo. Estamos perdiendo la batalla de la energía, y ni siquiera nos estamos dando cuenta.

Salu2,
AMT

viernes, 19 de julio de 2013

Cuando el saber se vuelve un lujo que ya no nos podemos permitir



Queridos lectores,

Las personas que se mueven en los círculos de información y divulgación del Peak Oil habrán observado que se está produciendo una deserción más o menos continua, un abandono de algunas fuentes ya clásicas donde conseguir información, abandono que en algunos momentos da la impresión de ser un comienzo de desbandada. 

Sitios que hablen del Peak Oil y sus consecuencias en la red hay y ha habido muchos, y se puede considerar normal que algunos hayan desaparecido con el paso de los años. Por ejemplo, el "Life after the Oil Crash" de Matt Savinar, que fue de los primeros lugares donde yo me informé y de donde saqué el nombre de este blog, y que tras una crisis existencial su fundador el abogado Matt Savinar lo convirtió en una página web de adivinación y ciencias ocultas, hace ya algún tiempo dejó de existir por completo. Se pueden contar por decenas los pequeños sitios web que fueron empezados con mucho entusiasmo e ilusión de divulgación, pero que ya sea por falta de noticias nuevas o por falta de tiempo para continuar la propia educación sus creadores han dejado languidecer sin prácticamente actividad en años o directamente los han cerrado. Pero lo que está pasando últimamente está tomando un cariz diferente que la del simple abandono por aburrimiento o agotamiento; se trata de un verdadero hundimiento que afectará y gravemente a la continuidad de la divulgación durante los próximos años.


El año pasado, uno de los grandes sitios de divulgación, Energy Bulletin (EB), echó el cierre después de unos 10 años de actividad. EB, donde muchos velamos nuestras primeras armas, era un gran agrupador de noticias donde los editores ponían a nuestra alcance los contenidos relacionados con el Peak Oil, la escasez de materias primas y los problemas de sostenibilidad en general. Con buen criterio EB agrupaba temáticamente noticias ya fueran publicados en la prensa generalista o en sitios web y blogs especializados. Fue a través de EB que muchos dimos con grandes autores como , John Michael Greer, Stuart Staniford o Sharon Aystik, por citar sólo unos pocos. El cierre de EB no fue total, puesto que fue sustituido por el nuevo portal Resilience.org (de hecho, la antigua dirección www.energybulletin.net redirige hacia el nuevo sitio web), pero Resilience.org sólo se ocupa del problema de la energía entre muchos otros, y su foco está puesto en diseminar noticias (también es un agrupador) que ayuden a mejorar la resiliencia de las comunidades, principalmente en EE.UU.

Con todo, la noticia más impactante de los últimos tiempos es el cierre de The Oil Drum (TOD) después de 8 años de singladura. Esta página consiguió en muy poco tiempo atraer a profesionales del sector gracias al alto nivel técnico de sus contribuciones; de hecho, TOD había llegado a ser la mejor referencia mundial en muchos temas asociados con la energía, por encima de muchas consultorías o publicaciones académicas. Sin embargo, durante los últimos meses los administradores de TOD han sufrido para mantener la página abierta: una parte importante de los contribuyentes han dejado de colaborar con el sitio porque se dedican ahora a sus propios proyectos (de divulgación o de otro tipo) y las aportaciones económicas han caído considerablemente. Aún hay una discusión viva sobre el futuro de TOD y el cierre inicial (31 de Julio) se ha postergado un mes; en cualquier caso, el proyecto está tocado de muerte y antes o después tendrá que echar el cierre, aunque según parece mantendrán los archivos en línea para referencia futura.

En peor situación aún se encuentra la página decana en España, Crisis Energética. Tras varias crisis de liquidez y diversas migraciones a sucesivos servidores, el último servicio de hosting fue incapaz de gestionar correctamente un sitio web de la complejidad de Crisis Energética, con sus múltiples foros. De momento se mantiene parcialmente la actualidad de las entradas gracias a un sitio provisional, http://lacrisisenergetica.wordpress.com/, pero resulta clave recuperar archivos y foros y no se ve viable hacer tal cosa en un futuro próximo.

Testigo mudo de este hundimiento paulatino de la divulgación de la crisis energética y de sostenibilidad de nuestra civilización es el agregador (en español) Cenit del Petróleo.info. Un rápido vistazo les mostrará que muchas páginas allá indexadas han desaparecido (como se refleja en la falta de alimentación de contenidos vía RSS).

Y en realidad el problema de este hundimiento es más profundo de lo que refleja la caída de las webs. La Asociación Para el Estudio del Cenit del Petróleo y del Gas (ASPO), con muchas divisiones nacionales, también está en una crisis más o menos declarada y sufre ciertas divisiones internas. La conferencia anual, que cada año agrupaba a los mejores especialistas a escala mundial, este año no se ha celebrado. En su lugar, ASPO ha co-sponsorizado un evento mucho más mainstream, con una mayoría de conferenciantes provenientes de la industria y sin relación con ASPO  y con unos pocos conferenciantes escogidos de ASPO. El contexto y los temas tratados divergen marcadamente del tono habitual de las conferencias anuales de ASPO, lo cual me hace pensar que quizá algunos se han promocionado buscando acomodo dentro de un marco más convencional y socialmente aceptable que la pátina ligeramente anarco que suele rodear la divulgación del Peak Oil.


¿Qué está pasando? ¿De dónde viene este hundimiento, este desfallecimiento? La cuestión es simple: los grupos de concienciación sobre el Peak Oil no son, por el mero hecho de divulgarlo, inmunes a él. La sociedad que nos alberga se está hundiendo, y nosotros con ella. Pregúntenle a Pedro Prieto qué piensa de los últimos decretos españoles que limitan, y prácticamente destruyen, el sector fotovoltaico español, y cómo le está afectando a él personalmente en las plantas en las que participa. Aquí está el drama: esta crisis que no acabará nunca nos afecta también a nosotros. Aquellos que se han mantenido dentro de la industria o del ámbito académico han podido mantener un alto nivel técnico, pero como contrapartida han adoptado modos de vida menos resilentes, menos capaces de hacer frente a la zozobra de nuestra sociedad. Por su parte, aquellos que decidieron cambiar radicalmente su estilo de vida y adoptar una simplicidad radical seguramente no están notando grandes cambios, pero a la vez tampoco disponen de demasiado tiempo para perderlo escribiendo artículos en blogs o dando charlas.

Cuando éramos ricos nos podíamos permitir saber más y mejor. Pero llegó la época de los recortes, y con ellas empezó a disminuir la información disponible, porque obtener información es caro (es en ese contexto de recortes que la Agencia de Información de la Energía, dependiente del Departamento de Energía de los EE.UU., dejó de recoger y analizar ciertos datos hace ahora dos años). Cuando se tenía un buen trabajo, un buen sueldo y suficiente tiempo libre (otro lujo) se podía hacer divulgación pro bono y montar asociaciones más o menos complejas. En la actualidad, y será una tendencia que irá consolidando con el tiempo, sólo se pueden mantener sitios web pequeños tipo The Archdruid Report, Peak Oil Blues, Causabon's book, Early Warning o éste mismo.


Y en medio de este marasmo los defensores de la última burbuja, en este caso la estafa de gas y petróleo explotado por fracking, intentan aprovechar la ocasión: "Cuando el gato duerme los ratones bailan". Así, por poner un ejemplo entre varios posibles, tenemos este artículo de Anthony Wile que asegura que el Peak Oil está muerto, ¡y la prueba de ello es precisamente el cierre de TOD! En realidad, el fracaso profesional de los que se dedican a la divulgación del Peak Oil es la consecuencia lógica de su llegada, y no de su pérdida de validez; que si cunde el desánimo y el abandono es por problemas económicos y no porque se reconozca que sobra petróleo: yo no he visto en ningún divulgador del Peak Oil tal acto de contrición que los valedores del fracking intentan ahora vender. Dirán quizá que no somos capaces de aceptar nuestra derrota, sin darse cuenta de que nosotros somos científicos y técnicos, y al contrario que ellos nosotros reconocemos la verdad cuando se nos presenta, aunque eso suponga cambiar radicalmente lo que decíamos. Nosotros no nos casamos con ninguna posición, sólo estamos del lado de la verdad, en tanto que ellos lo están del de su cuenta de resultados y la verdad es completamente accesoria.

Un modelo para adaptarse a la cambiante realidad de nuestra decadente sociedad que parece estar funcionando es el de John Michael Greer. Con un cierto punto de excentricidad (JGM es Archidruida de la Orden de los Druidas Verdes de Norteamérica y tien una imagen personal acorde su posición druídica) JMG ha conseguido mantener un sitio personal muy visitado y de un altísimo nivel, actualizado semanalmente, y dedicado a la discusión de las diversas facetas de la falta de sostenibilidad de la sociedad industrial sobre todo desde el punto de vista sociológico y filosófico, y con no pocos apuntes con consejos prácticos para mantener un huerto sostenible. JMG, que es un verdadero intelectual, vive del dinero que ingresa con sus libros (escribe al menos uno cada año) y de los frutos de su huerto. Aunque con mayores dificultades, Sharon Aystik sigue también un modelo similar con su Causabon's Book.

Exportar ese modelo a España no es fácil por múltiples motivos (por ejemplo, es un país más poblado y la disponibilidad de tierra propia es menos frecuente), y en general las personas y asociaciones (Vespera de Nada, las múltiples iniciativas de transición, etc) acaban optando por poner más peso en la divulgación o en su propia adaptación. En cuanto a mi mismo, mis opciones son limitadas. Tengo mi trabajo como investigador del CSIC que me gustaría mantener (la ciencia es mi vida) pero justamente mi línea de trabajo principal (dejando de lado los pequeños trabajos de investigación que estamos haciendo en materia de política energética) tiene una componente tecnológica muy fuerte (oceanografía por satélite y procesamiento avanzado de la señal) que justamente la hace estar en mayor riesgo de perecer en medio de la zozobra actual. Por si fuera poco, la institución que me acoge hace aguas y podría acabar desapareciendo en un plazo no muy dilatado de tiempo. Dedico no pocas energías a crear alternativas viables para mi y para mi equipo mientras capeamos las restricciones presupuestarias, y al tiempo intento mantener mi trabajo de investigación; a ratos libres voy explorando los planes B, C y D por si todo lo demás falla; tengo mi familia... El tiempo se me agota y si no fuera por que dedico dos viajes de tren a la semana al blog y algunas veces sustraigo tiempo de las ya escasas horas de sueño simplemente debería parar mi esfuerzo de divulgación. Y yo tampoco soy inmune al Peak Oil: puede que dentro de unos meses mis esfuerzos por simplemente mantenerme a mi y a mi familia afecten de manera significativa a mi capacidad de divulgación (de hecho, ya afectan pues no tengo tanto tiempo para mantenerme al día o para acabar algún análisis clave que proyecto desde hace meses).

No saber en tiempos de crisis tiene un precio: no se podrá hacer un diagnóstico preciso de la situación si no se sabe qué es lo que está pasando en realidad. Hay mucha gente interesada en difundir una cierta visión de las causas y soluciones de esta crisis y que por desgracia tienen mucho más acceso a los medios de comunicación que los pocos que van quedando para divulgar el problema de los recursos. Pero esas soluciones interesadas, por supuesto, no funcionan, porque no van a las causas reales de los problemas. El fracaso sucesivo de las diversas medidas que en vano intentan atajar la crisis favorecerá un mayor malestar social y mucha más inestabilidad, situación desde la cual yo sólo veo dos derivas posibles: o bien que surjan salvapatrias con soluciones milagro y se implante una feroz dictadura que acabará con tantas cosas útiles y hasta necesarias, o bien que la masa enfurecida, harta de tantas decepciones, cargue contra todo y lo destruya todo. Ése en realidad es el mayor lujo, el mayor derroche: destruir todo lo que ahora tenemos. Y desgraciadamente éste sí que nos lo permitiremos, si no cambiamos pronto de rumbo.

Salu2,
AMT

miércoles, 17 de julio de 2013

La vida desde un punto de vista contable

Queridos lectores,

Hace unas semanas Gabriel Anz me hizo llegar este ensayo en que contesta a un post mío anterior (Entropía versus Dios). Por supuesto no comparto todos los puntos de vista de Gabriel, pero creo que puede ser interesante conocerlos para su discusión.

Les dejo con Gabriel.
Salu2,
AMT

El DEBE y el HABER de la Vida





El día que comprendí la esencia de la Contabilidad por partida doble, considerada hoy una ciencia social y que fuera desarrollada por Benedetto Cotrugli (año 1.340, de Génova, Italia) y luego perfeccionada e impresa por Lucas Pacioli (año 1.454, de Borgo, Italia), pensé que tales hombres deberían tener un lugar mas destacado en la Historia, pues en nuestro moderno sistema económico, no hay empresa de cierta envergadura, que no base su funcionamiento en la información organizada y reflejada mediante éste procedimiento.


Hasta entonces, la organización de mi empresa la llevaba con el sistema de contabilidad por partida simple, pero a medida que se hacía más compleja y las exigencias para la toma de decisiones eran otras, además de tener que considerar diferentes monedas y de requerir mayor precisión al llevar las cuentas de deudores y acreedores, veía que con la contabilidad por partida simple me “faltaban partes” y no lograba la visión integral de mi empresa.


Uno de los aspectos esenciales de  la contabilidad por partida doble -como su nombre lo enuncia- es el concepto de “reciprocidad”. Y a los efectos de las comparaciones que voy a expresar, considero importante también aspectos del método como la “equivalencia” y la “consistencia”, que en el sentido literal de la Contabilidad, expresarían lo siguiente:
  1. Reciprocidad: no hay deudor sin acreedor y viceversa;
  2. Equivalencia: todo valor que ingresa debe ser igual al valor que sale;
  3. Consistencia: todo valor que ingresa por una cuenta debe salir por la misma cuenta
Fuente: Wikipedia.


Con ésta técnica es importante considerar también, que independientemente del resultado de cada una de las cuentas (saldos deudores o acreedores), la diferencia de la suma de la columna DEBE por un lado y la del HABER por otro, nos dará cero (0) como resultado, a excepción de que haya inconsistencias en la asignación de los valores al Plan de Cuentas.


Y para hilvanar con las comparaciones que como ya dije formularé, refresco el concepto que considero esencial de mi Post precedente: Evolución y Entropía: ¿una contradicción?, en el cual contaba lo que había leído acerca de cómo algún sector de la Ciencia ha ido llegando a la conclusión de que el Universo consiste en un constante intercambio cuántico de energía, existente entre todas las partículas subatómicas y que según los estudios, ante la repetición de las pruebas realizadas bajo las mismas condiciones (base del método científico), estos arrojaban resultados dispares, que en principio ocurrirían por los cambios en las actitudes o enfoques del/los investigador/res involucrados en el experimento… comparable al efecto de un espejo, en el que la imagen devuelta por el mismo, es el reflejo de quien está en frente. La frase usada por aquellos científicos –básicamente- era que “la energía responde a la Intención”. Por ende, de ser así (y así lo intuyo) debemos concluir que también nosotros –los Humanos- somos un cúmulo de energía pulsante y en constante interacción con esa enorme masa de energía que sería todo el Universo, susceptible a sus influjos y producto de los cambios que van ocurriendo en las condiciones de nuestro entorno, pero que por las mismas razones, tendríamos también capacidad de condicionarlo a nuestra conveniencia o necesidad, en una especie de constantes luchas de poder y espacio, lo cual iría configurando el complejo y delicado equilibrio del  entramado de la Vida.


Como lo expresado en el párrafo precedente cambió mi forma de ver el mundo y como en un juego de rompe-cabezas comencé a encajar piezas que estaban sueltas y desordenadas, comprendí porqué otros le dan un sentido más amplio a la palabra Energía… metafísico si quiere (palabra que deriva del griego y que significa “mas allá de la naturaleza o mas allá de lo material o físico”). Es decir, que en Física, energía no sería entonces y solamente la capacidad para realizar trabajo (visión mecanicista o newtoniana), sino que sería también, toda aquella fuerza que tiene la capacidad de producir efectos concretos sobre algo o alguien, mediante pulsos de ondas de frecuencias variables –seguramente infinitas- que tienen un origen y un destino. O sea que no me refiero solo a las energías que producen efectos en las masas, piezas mecánicas, tecnológicas, etc. (gravedad, magnetismo, electricidad, combustión, etc.), sino también a los efectos concretos y hasta medibles, que producen Fuerzas/Energías como las del amor, la voluntad, la imaginación, la memoria, la intensión, la necesidad y otro largo etcétera.


Esta situación de dualidad, en la que hay una parte remitente que voluntariamente o no, moviliza fuerzas que tendrán efectos sobre la contraparte destinataria, es la que me permite hacer la comparación con el sistema de Contabilidad por Partida Doble. Siempre hay un emisor y su contraparte receptora; la parte que afecta y la contraparte afectada; algo que sale de un lado y que ingresa a otro. Y en dicho intercambio, además del efecto recíproco, están implícitos la equidad y la consistencia, que si lo llevamos –por ejemplo- al plano de las relaciones humanas, podemos observar la tendencia a equiparar lo que damos con lo que nos dan o viceversa, y en general de forma coherente/consistente con las situaciones que originan dichos actos. Inclusive cuando damos sin esperar nada a cambio, seguramente seremos retribuidos en algún momento. Y en el acto recíproco de dar y recibir, cuando hay equidad y consistencia, el resultado del intercambio tenderá a la “suma cero” (0)… a una situación de equilibrio, producto del “tira y afloje” de las partes involucradas. Como anécdota, hace 2 semanas regalé 1 lechón por unas ayudas prestadas en relación a un puma (Felis Concolor) que me mató las 5 únicas ovejas que tenía; pero como la persona sintió que mi ofrenda valía más que lo brindado por él (y reconozco que yo intuía lo mismo), es que a la semana siguiente me regaló un lomo de ciervo y unas verduras de su huerta, lo cual acepté agradecido, porque me gusta disfrutarlos en un buen plato y porque tampoco quería herir su actitud justiciera; y así ambos sentimos que quedamos equiparados, en una situación de suma cero. En este punto podría hablar sobre la historia del origen de las monedas, como medio de lograr mayor equidad en los intercambios de bienes y/o servicios (comercio), pero sería tema para otro artículo, aunque creo que está mucho mejor explicado en el siguiente link… http://www.oroyfinanzas.com/2013/06/adrian-ravier-monopolio-emision-moneda-politica-monetaria/


Para comprender mejor lo que intento expresar, es necesario ver el mundo que nos rodea -tanto lo material como lo inmaterial y lo vivo como lo muerto- como una Única y Vibrante Masa de Energía, de volumen constante pero con “bolsones” de heterogéneas densidades, que bajo determinadas circunstancias, se organiza y hasta se auto-organiza, manifestándose materialmente o etéreamente, según las frecuencias y ciclos de sus ondas vibratorias. Las variaciones en el tipo de ondas y sus frecuencias estarán supeditadas a factores como temperaturas, presiones, gravedad, magnetismo, velocidad, tiempo, etcétera… pero también –como ya dijera- a factores como la intensión, la voluntad, la imaginación, la memoria, etcétera. La interpenetración (referida a ondas multi-direccionales y de frecuencias diversas que comparten el mismo espacio y tiempo), creo que es una de las características más llamativas de las múltiples formas de energía… y lo ejemplifico puntualmente con la cantidad de ondas de radio, televisión, celulares, etc. con las que constantemente convivimos, que solo se manifiestan para nosotros cuando encendemos el receptor adecuado… pues de otra manera sería imposible adivinar que están presentes mediante nuestros clásicos 5 sentidos. Nos atraviesan y están con nosotros en todo momento sin verlas, oírlas ni sentirlas, pero cuando ponemos en “ON” el equipo receptor… ¡magia!... fluyen por un parlante o aparecen en pantalla imágenes conocidas, con sonidos comprensibles y efectos movilizadores. Corremos el dial o sintonizamos otro canal y ¡magia nuevamente!... aparecen imágenes y/o sonidos otra vez familiares y que nos movilizan sentimientos, pero de situaciones diferentes, con otras personas y en algún otro lugar del Planeta. Y mientras ello ocurre, del entorno percibimos aromas, sonidos, colores, temperaturas, formas, luces, aire en movimiento, presiones, gravedad, etc., o estamos siendo atravesados por neutrinos provenientes del cosmos, sin darnos cuenta… es decir, otras formas de ondas de diferentes frecuencias, vibrando al mismo tiempo y en el mismo lugar, que también producen efectos concretos en nosotros y/o el entorno. Y sus campos de influencia como sus intensidades, serían acordes a las potencias con que se emiten, lo cual circunscribe su radio de influencia, produciéndose “bolsones independientes y aislados”, aunque sean parte de la misma Masa de Energía… “Todo junto, pero separado; todo mezclado pero individualizable”.


Y en este proceso dinámico de las energías, tenemos los procesos entrópicos y evolutivos, pero que desde nuestra visión parcial y material de la Física se consideran y estudian como fenómenos independientes. Para explicar lo que en realidad considero son eventos físicos complementarios, pongo de ejemplo un leño ardiente… Una vez incinerado nunca más volverá a ser el mismo leño, ni tal vez otro o ni siquiera un leño nuevamente… pero que el calor de la combustión lo utilice para cocinar y calentarme, no significa que -según la segunda ley de la termodinámica o de la entropía- los átomos y energía dispersos nunca más se puedan reorganizar para poder volverlos a utilizar con los mismos fines, pues creo que el ciclo de la energía no termina allí… se disipa, “dará mil vueltas” y volverá quizás a formar parte de un nuevo árbol, que algún día volverá a darme un nuevo leño. Es decir, que bastaría con tomar la decisión de reproducirlos (o darle tiempo y espacio a la Naturaleza para que lo haga por nosotros) y que ellos realicen el trabajo de captar la energía de su entorno (incluida –quizás- la del leño quemado), para transformarlo en un nuevo leño útil a mis fines, pues evidentemente “saben” mejor que nosotros como hacerlo.


Habitamos un Planeta de espacio y recursos finitos, con limitada capacidad física para beneficiarnos de materiales y de otras energías existentes en el Universo. Ello nos obliga a hacer un uso más eficiente de los disponibles. El uso que hacemos de máquinas y aparatos tecnológicos en general, implican entropía y caos en el corto plazo y con efectos perjudiciales en el largo plazo (hablando de tiempos a escala Humana y considerando los efectos sobre el Ecosistema en su conjunto), porque la energía utilizada es gigantesca en relación a los beneficios que aporta, desestabilizándolo también en nuestro perjuicio. Es decir que la entropía es superior a la evolución que pudiera promover. Por tal motivo, debería evaluarse concienzudamente cuándo y con qué objetivos fabricar aparatos que no se integren de manera orgánica, para no caer en el error de promover sumideros energéticos y de recursos naturales, que pongan en peligro la sustentabilidad del Medio Ambiente y por ende el de nuestra existencia. La energía del sol y la fotosíntesis promueven la evolución de las especies vivas; pero durante los procesos entrópicos, de caos y de muerte, los desechos que se generan se degradan y se reciclan en beneficio de los ciclos evolutivos… no quedan como chatarra inútil y contaminante para las futuras generaciones. Yo veo que buena parte de nuestra función, debería limitarse a comprender profundamente estos procesos y “colaborar” con ellos desde una postura menos intervencionista, agresiva y explotadora. Siento que en una especie de lapsus propio de la época que vivimos, intentamos transitar por una “calle paralela” a la natural, intentando imitar burdamente lo ya Creado, como si fuéramos ajenos al Tejido de la Vida. Imagino que debemos tomar (o re-tomar) conciencia de que somos parte del Flujo Energético y darle el tiempo suficiente a los procesos naturales, actuando empáticamente con el Medio, pues nada impide que con el poder de nuestra Inteligencia y el poder de la Intención, movilicemos y configuremos parte del medio-ambiente a nuestro favor. Y en esto de influir sobre el entorno para nuestro beneficio, pongo como ejemplo a ciertos pulpos, los cuales tienen la virtud de mimetizarse con el entorno a medida que avanzan por el fondo marino. ¡Cambian de colores y de formas según la geografía del lugar por el que se van trasladando! ¿No es mágico? ¿Qué nivel de conciencia tienen las células que conforman a dicho animal, para que en fracciones de segundos adopten otras formas y cambien de colores, imitando a lo que los rodea, hasta hacerlos irreconocibles? ¿Y las plantas que han logrado imitar con sus flores u hojas a las aves o insectos que las frecuentan, para promover la polinización o por defensa? ¿O aquellos insectos que han adoptado formas de hojas por ejemplo? ¡Que nivel de percepción de lo que ocurre y existe en su entorno, a pesar de no tener sentidos como los nuestros!... y lo más maravilloso, ¡que capacidad de morfogénesis para adoptar formas y colores a voluntad y con un claro objetivo! Desde este punto de vista y a mi juicio, Darwin se ha quedado corto al decir que “se trata de la supervivencia de los más aptos y/o los más fuertes”… Yo veo que previo al “mecanismo de selección natural” hay procesos más sensibles y no mecánicos, que involucran necesidad por una parte e inteligencia, voluntad, intensión, percepción, memoria, etc. por otra. “SOMETHING IN THE UNIVERSE IS GREATER AND DEEPER THAN HUMAN INTELLIGENCE”.


Y llegados a este punto, es importante considerar en profundidad el sentido de Trascendencia, pues muchos de los procesos naturales de transformación, evolución y adaptación, superan en tiempo a las vidas de las personas, para lo cual es de vital importancia actuar pensando en que nuestra función es la de colaborar “en la construcción de tan complejo entramado, colocando poco a poco y en su lugar los ladrillos correspondientes, para que las siguientes generaciones continúen y/o completen la obra”. ¡Cuantas catedrales asombrosas se construyeron hace miles de años, en el lapso de tiempo comprendido por más de una generación! ¡Mi abuelo y luego mi padre, sin ir mas lejos, plantaron cientos –sino miles- de árboles pensando en el beneficio de los hijos, el de terceros y hasta del Planeta! ¿Qué movilizaba a esa gente, a pergeñar y comenzar una obra que concluirían terceros o de las cuales se beneficiarían otros? Indudablemente, hoy se ha perdido el sentido de Trascendencia… pensamos en pasarla bien y sin pensar a costa de qué ni de quién. Con la mentalidad cortoplacista, hedonista y extractiva que impusimos con el capitalismo de mercado y de casino que hoy rige nuestras vidas, se ha superado toda capacidad de adaptación y resiliencia del Medio Ambiente que nos sustenta, ocasionando desequilibrios que ponen en peligro nuestra supervivencia y la de muchísimas otras especies vivas.


Y a otra escala de las Entropías y Evoluciones, si estamos por ejemplo, en un Universo en proceso de caos –es decir, que ya pasó su pico de máxima evolución (aunque “en su interior” existan todavía bolsones aislados de evoluciones), nada me hace descreer que en el mismo momento y en algún lugar del Espacio Infinito exista otro Universo expandiéndose, evolucionando y continuando con el eterno ciclo de Vida y Muerte… base del constante desequilibrio de equilibrios (sic), lo cual promueve la diversidad y la adaptación a las siempre cambiantes condiciones del Medio. Se define al Big Bang como “la gran explosión” que dio origen al Universo… ¿y antes qué?  De algún lado salió y alguna situación generó la hiper-concentración de energía, que al estallar y expandirse (todavía seguiríamos en expansión de acuerdo al efecto Doppler de los espectros de luz que emiten las estrellas) habría generado el “salpicón” de materia esparcido en el Espacio. ¿Y que generó la Inteligencia en esa masa de enorme de Energía? ¿De donde salió algo tan complejo como la capacidad de pensar, idear, razonar, imaginar, crear, sentir, etc.?


Siempre asusta un poco hacerse tantas preguntas, pero que creo que es necesario hacerlo para contextualizar de alguna manera las situaciones de crisis que estamos viviendo. Porque la crisis no es solo energética y sus consecuentes problemas ecológicos… es también de valores y de objetivos.


Retomando nuevamente el hilo… Lo “malo” de la entropía y lo “bueno” de la evolución, no son más que estructuras mentales, distorsionadas por una visión parcial de la realidad. Nos limita (aspecto que considero criticable de las ciencias y de la Física en particular) el hecho “de disectar a la rana en el laboratorio y estudiar sus partes aisladas sin ver el Conjunto”. Y en esto de la visión parcial de las cosas, leía días atrás un artículo en una revista de divulgación científica, en el que ya no hablan del individuo “Ser Humano”, sino del individuo “Comunidad Humana”, porque cada vez está mas clara la compleja y hasta saludable y necesaria interrelación con los parásitos, bacterias, virus, ácaros, etc. que conviven con y en nosotros. Y agrego, que se equivocarían nuevamente (los científicos) si solo ven esa parte de la interacción, pues estoy convencido que es todavía mucho más amplia y compleja… al punto tal de que como en el ejemplo del leño quemado, también nos reciclamos en diferentes estadios de la Masa Energética, con límites que van más allá de la superficie de nuestra piel. “La cosa no pasa por ver “que el leño termina en cenizas y que ya no se puede hacer más nada… pasa por entender que los límites no están en su corteza, ni en el calor producto de la combustión y ni en las cenizas que quedan. Es comprender que bajo diferentes “formas” tal leño trasciende su estadio físico y que en algún momento, ante ciertas condiciones volverá a ser quizás un nuevo leño. En ocasiones he criticado el antropocentrismo que nos gobierna, pero también pienso que en otras -si hacemos buen uso-  sería útil para que intencionalmente y con consciencia, seamos partícipes activos en ésta Dinámica Energética (co-creadores como digo) para ayudar a la Naturaleza a que engendre un nuevo árbol, y así obtener el nuevo leño”.


¿Y para que sirve todo esto en un Blog que trata sobre el Crash oil?


Creo que es útil para entender que la visión parcial de la realidad, nos ha hecho caer en una trampa de la cual no tenemos escapatoria mediante las vías que hoy consideramos lógicas y normales (no hemos tenido la visión completa de la situación de la empresa y se tomaron decisiones equivocadas). Estamos viviendo un proceso único, porque la energía abundante, súper concentrada y potente de los hidrocarburos, permitió desarrollar una civilización muy compleja, pero por lo cual pagaremos un costo alto sin dudas. Transferimos mucha energía en un solo sentido y por la ley de reciprocidad, ahora debemos esperar el efecto boomerang. Solo saldremos del atolladero cuando aprendamos a hacer un uso diferente de las energías disponibles… cuando aprendamos que mediante procesos entrópicos podemos estimular procesos evolutivos. Y pongo algunos ejemplos… cuando se realiza una explotación a conciencia y sustentable de un bosque, lo cual podría verse como algo destructivo, caótico, entrópico… en realidad debemos pensar que al hacerlo, estamos permitiendo que la luz solar llegue al suelo y que se esté abriendo espacio para que los retoños crezcan y renueven el bosque (siempre y cuando no lo devastemos). O… ¿A quién se le ocurriría pensar que tras un demoledor incendio en Australia, se producen “explosivas” germinaciones de semillas (por caso las Acacias) que necesitan de la escarificación que les produce el fuego para germinar?  O… ¿Es acaso “malo” que un león termine cruelmente con la vida de una gacela, cuando en realidad es en beneficio propio, de sus crías, de aves carroñeras, de millones de microorganismos descomponedores y hasta incluso de la misma comunidad de gacelas? Y creo que toda esto sirve también para entender, que los principios físicos rectores de tan complejos procesos, ocurrieron, ocurren y ocurrirán a escalas macro, de la misma manera que suceden a escalas micro… “Como es arriba es abajo y viceversa, dice el dicho”. En lo esencial… nada nuevo, solo que nos está tocando vivir justo a nosotros, un evento de características y una magnitud que no tendría precedentes, y de la ACTITUD que adoptemos, será el resultado que obtengamos.


Como he dicho en otras oportunidades, las soluciones a las múltiples crisis que estamos viviendo y que se acrecentarán hasta que encontremos un nuevo equilibrio (motivo por el cual no estoy de acuerdo con Antonio cuando dice en uno de sus Post que ésta crisis no acabará nunca), tienen mucho de cambios filosóficos y de actitud. Pero para que ello ocurra genuinamente y en el sentido correcto, debemos intentar entender porqué pasa lo que pasa y qué se debe esperar. “Cuando se conoce al contrincante, es más fácil adoptar las estrategias correctas”.


El Dios que le da sentido a mi vida, es Física pura.  De ninguna manera me lo imagino como a un anciano barbudo, que nos señala con el dedo desde arriba y nos dice lo que está bien y lo que está mal y de quien tengo que esperar un premio o un castigo; me considero la antítesis de un “come-cirios” y encuentro mucho para criticar de las instituciones religiosas -como también de las científicas- aunque reconozca los aspectos positivos que en ellas hay. Por lo expresado, y aunque obtengo muchas críticas por ello, a mi Dios lo visualizo como la “Energía Inteligente” de la que ya he hablado y de la que los Humanos creo que también somos parte; dos palabras que combinadas resumen la máxima expresión de ese Todo Físico… Energía manifestada con infinitas cualidades y como si ello fuera poco, también contiene Vida e Inteligencia, de la cual nosotros mismos somos una irrefutable prueba. A diferencia de los otros seres vivos en la Tierra, evidentemente tenemos un nivel de autoconciencia superior (y con esto no quiero decir mejor) y con características que claramente nos destacan, individualizándonos claramente entre congéneres. Por tal motivo, sumando creatividades e inteligencias individuales (ya no somos comunidades vivas que actúan en masa y solo por instinto), deberíamos buscar soluciones y actuar en Conjunto. Como ya dije, creo que ello nos sitúa en un escalón superior del proceso evolutivo en la Tierra, lo cual también nos podría ubicar en el papel de Co-creadores… una responsabilidad –que si la comprendemos y asumimos- es enorme.


Y para que ello ocurra e ilustrándolo con el ejemplo de la Contabilidad –para comenzar a unir las puntas- a nivel de las relaciones humanas y de la relación con el Ecosistema, pienso en la actitud recíproca de dar para recibir (reciprocidad), pues al hacerlo estaremos generando un espacio que sí o sí se rellenará. Si brindamos amor, recibiremos amor (equivalencia) y si lo hacemos convencidos, sinceramente y con coherencia, estaremos estableciendo una relación sólida (consistencia). No esperemos recibir nada si no ponemos algo de nuestra parte. No esperemos que las Energías se movilicen en nuestro favor, si no hacemos algo para que ello ocurra. Si no surge de nosotros mismos la Voluntad de cambiar las cosas, nada cambiará (recuerden… es una ley física, según lo veo). Pero los objetivos deben estar claros y tener consistencia, para que se “alineen las energías” y mediante la fuerza modificadora y creadora de la Intensión, lograr que el Universo conspire a nuestro favor… y cuando digo “nuestro” no me limito al Hombre, sino a TODO lo que hace posible nuestra existencia.


De la forma en que creo comprender dichos procesos, ya no hay espacio para “Ciencia sí, Religión no” o viceversa. Creo que estamos en un punto donde gracias a la Ciencia y la Física en particular, es posible explicar físicamente los procesos Espirituales; porque en el fondo es todo lo mismo; es una sola cosa que confundimos con nuestras estrecheces mentales (y que a muchos les interesa mantener alienadas con fines espurios y egoístas y/o para la manipulación de las masas). Es tiempo de reconsiderar las diferencias políticas, religiosas, raciales, etc. para que no sean motivo de luchas de poder destructivas, sino transformarlas en un juego de poderes constructivos. Somos esencialmente lo MISMO, solo que con algunos matices superficiales que permiten una mejor adaptación a diferentes Medios… “diferencias de maquillaje que permiten acomodarnos a diferentes escenarios y así poder actuar en diferentes obras de teatro”.


Por no considerarse esta ley física de Reciprocidad, nos afanamos en usar y extraer de la Tierra sin dar nada a cambio. Hemos acumulado un DEBE enorme y el ACREEDOR está esperando en la puerta de casa a poder cobrar. Hemos logrado una transferencia enorme de energía en un solo sentido (entiéndase esto como dinero, recursos, etc.) y ahora está llegando el momento de que las cosas empiecen a buscar su nuevo equilibrio. No hay DEBE sin Haber y viceversa.


Hemos traspasado ciertos umbrales de sustentabilidad y ahora es cuestión de tiempo y de que las implacables leyes de la física se manifiesten. Algunos le llaman Castigo Divino y otros Leyes Físicas de la Naturaleza… como sea, el resultado será el mismo y las cosas volverán a encontrar su orden.


En suma, es el DEBE y el HABER de la Vida… “Estamos cerrando un Ejercicio y es tiempo de Balance”.


En su Post –“Entropía vs. Dios”- Antonio le asignó 1 punto a Entropía y 0 puntos a Dios. Por lo expuesto, le asignaría 1 punto a Dios (o “Energía Inteligente”) y 0,5 puntos a Entropía, pues sería la mitad del proceso... Sin Entropía no hay Evolución, como no hay Muerte sin Vida… y viceversa.


Saludos a todos,

Gabriel Anz